El individuo que muestra esta foto es nada más y nada menos que Antonio (Tony) Castro, el hijo menor de Fidel Castro. La fotografía claramente lo muestra presto a degustar un suculento banquete (langosta) y acompañado de una cierta cantidad de cervezas en un ambiente típico vacacional o relajante.
Lo cierto es que mientras once millones de hermanos cubanos salen día a día a la calle con el desconcierto de lograr su meta diaria: encontrar qué comer en la tarde para sí y sus hijos este camaján saborea exóticos platillos dignos de un príncipe arábigo.
Mientras el cubano de a pie vive en constante desesperación por la escasés de alimentos, ropa, calzado, transportación, agua potable y servicio eléctrico, los privilegiados de la historia cubana vacacionan en hoteles lujosos, recorren el mundo viajando en primera clase y se alimentan a lo "gourmet".
Nuestros ancianos mueren por malnutrición y abandono en los llamados "Asilos" del gobierno, víctimas del olvido y la dejadéz de la dirigencia oficialista. Nuestros niños crecen con deficiencia de nutrientes y soñando con un futuro mejor. Las calles de la patria claman por urgente atención y nuestra infraestructura es similar en lo ruinosa a los escombros del Líbano o Gaza. Y contemporáneamente existe una claque que secuestra al país, le cuarta la libertad y la democracia y les obliga a producir para beneficio de garrapatas improductivas como la que ahora vemos en foto.
No conozco un cubano humilde y trabajador que pueda ostentar la cantidad de cerveza de primera que éste bambalán malgasta en una tarde caprichosa. Algún día el país pasará juicio sobre su funesta ejecutoria.
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